En pleno centro de Jesús —uno de los enclaves más codiciados de Ibiza— este ático es a la vez santuario privado y mirador privilegiado del pulso cotidiano de la isla. Ubicado sobre el núcleo del pueblo pero discretamente apartado del bullicio, equilibra el cielo abierto con la comodidad del acceso diario: cafeterías, tiendas y vida local están literalmente al salir de casa.
En el interior, la atmósfera es serena y cuidada. La vivienda se despliega en 125 m² de espacio interior, con tres dormitorios amplios y dos baños elegantes, diseñados con sobriedad, funcionalidad y un guiño a la calidez mediterránea. La luz natural entra a raudales a través de ventanales de suelo a techo, suavizando las líneas limpias del espacio de día abierto e invitando a vivir con fluidez entre interior y exterior.
Pero es en la azotea donde este ático revela su alma. Una terraza privada de 100 m² eleva el día a día a una dimensión más sensorial. Allí, una piscina privada se convierte en oasis personal —ideal para nadar al amanecer, brindar al atardecer o contemplar el cielo estrellado en silencio. Las vistas recorren los tejados del pueblo, se extienden hacia las suaves colinas del interior y alcanzan la costa en la distancia.
En cada rincón se aprecia la calidad sin estridencias: aire acondicionado por conductos, cocina completamente equipada, espacios de almacenamiento bien resueltos y acabados que priorizan el confort por encima del artificio. Además, la propiedad cuenta con plaza de aparcamiento subterráneo y acceso directo en ascensor hasta la planta del ático —un lujo discreto que marca la diferencia.
A solo minutos de la playa de Talamanca, de la Marina Botafoch y del dinamismo cultural de la ciudad de Ibiza, este ático es perfecto como residencia permanente, segunda vivienda o inversión con alta rentabilidad. Pero más allá de lo práctico, ofrece algo mucho más escaso: un hogar con alma, en un lugar que sigue siendo auténticamente Ibiza.